martes, 10 de abril de 2007

A todos los Tepindros

Tepindro hasta ahora no sabías nada de tu vida, ni quién eras, ni qué te trajo hasta mi. Nunca te había contado que perteneces a un mundo en el que la competencia es la base, un mundo en el que todos luchan por alcanzar sus objetivos, desechando lo que en otros tiempos fue la esencia. Un mundo que no se diferencia tanto al de los humanos, es más, creo que está inspirado en él.
Eres hijo de un invento y una ilusión. El primero sólo te engendró, yo he intentado enseñarte el resto, aunque no con mucho acierto. Sin embargo, he descubierto a tu lado una bonita aventura. Me siento orgullosa de lo poco que te he contado y de lo mucho que me queda por contarte. No hemos hablado quizá lo que necesitabas, pero no ha sido éste un buen momento para mi. En cambio, a partir de ahora vamos a charlar con más frecuencia, sin presión, sin prisas, sin fechas, ni límites.
Ahí va la verdad de tu origen Tepindro: naciste de un calentón, de un concurso, cuyo trofeo era lo suficiente goloso para dejarse las pestañas en el ordenador. Pero no ha podido ser, realmente no he podido arañar más tiempo a mi "apretada agenda". Por este motivo, y aunque sé que a esto aún le queda, quiero felicitar a todos tus Hermanos Tepindros por su constancia y su dedicación, también por su talento. De corazón felicidades. No olvides que compartes progenitor con ellos.
PD: Mención especial a Tepindrofobía, su último post me encanto, incluso me tocó la vena sensible.

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